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Biomasa: su importancia como fuente de energía

Los profesionales energéticos de todo el mundo buscan producir la energía más limpia posible. La reducción de las emisiones de carbono, el cambio climático o el uso de fuentes de energía renovables son temas mediáticos que influyen en la orientación del sector energético actual. Las más mencionadas son la energía solar y la eólica, pero hay otras renovables menos populares como, entre otras, la biomasa.

¿Qué es la biomasa?

Probablemente hayas oído hablar de la biomasa, pero ¿sabes qué significa en realidad? Es la fuente de energía más antigua, cuya popularidad ha variado a lo largo de la historia. Con el tiempo, en el siglo XX, la gente comenzó a emplearla de nuevo en un esfuerzo por reducir el impacto humano sobre el cambio climático. Este término abarca cualquier materia orgánica que forme parte del ciclo de nutrientes en la biosfera. En pocas palabras, son los cuerpos de todos los organismos, ya sean animales, plantas, bacterias, hongos o cianobacterias.

Para utilizar la biomasa como fuente de energía, se puede implementar en casi cualquier forma, porque el elemento básico es el carbono, cuyos enlaces químicos contienen energía. Sin embargo, lo más habitual es hablar de biomasa vegetal, capaz de utilizar la luz solar para fotosintetizar el dióxido de carbono y el agua en compuestos ricos en energía, los conocidos azúcares.

¿Cómo se obtiene energía de la biomasa?

La biomasa está clasificada como fuente de energía renovable, pero a diferencia de la energía solar o eólica, puede agotarse. Por desgracia, esta forma de producción de energía no está libre de emisiones ya que la combustión es el método más antiguo de producción de energía de la biomasa. Este proceso termoquímico libera CO2, agua y calor. A diferencia de los combustibles fósiles, la biomasa es neutra en CO2 y sólo libera a la atmósfera la cantidad de CO2 capturada durante su crecimiento clásico.

Ventajas e inconvenientes

Entre las ventajas del uso de la biomasa se encuentran, por ejemplo, la recuperación de residuos, las tecnologías de combustión disponibles, el equilibrio del CO2, la disponibilidad de energía, la posibilidad de modificar el combustible y el uso en los hogares. 

Sin embargo, la biomasa también tiene sus desventajas, entre las que encontramos por ejemplo, los costes de transporte y determinados tipos de ajuste, la necesidad de espacio de almacenamiento y, en algunos casos, la necesidad de ajustar el combustible y, por último, pero no por ello menos importante, que la biomasa no está libre de emisiones.

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